COHERENCIA POLÍTICA Y POLITIQUERÍOS EN LLÍRIA

“Decir o manifestar lo contrario de lo que se sabe, cree o piensa” es mentir. Es la definición que aparece en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua, y el hecho de que en el código civil o penal no aparezca como falta o delito, salvo en casos donde puede dañar a otra persona (perjurar, calumniar…), no supone que alguien que actúe de esa manera no mienta o sea un mentiroso.

Una cosa parecida ocurre con la “persona que con un cargo público no abandona este al separarse del partido que lo presentó como candidato”. La única palabra que define esa situación en el Diccionario de la Real Academia es “tránsfuga”. Al igual que con la palabra mentir, el “transfuguismo” no está penado por la “legalidad y la jurisprudencia” pero sí por la ética y los valores. Por ello, y para los casos “molestos al sistema”, los partidos políticos llegaron a un ACUERDO SOBRE EL TRANSFUGUISMO en las Agrupaciones Locales, según el cual, en el caso de que el transfuguismo “tuviera consecuencias inmediatas sobre la gobernabilidad y la marcha del sistema”, concretan un Código de conducta política con la “voluntad de eliminar los efectos perversos de esta práctica”. 

Dicho acuerdo no pretende ni tiene la potestad de cambiar el significado de una palabra del diccionario.

Por otra parte, ni Paco García, Imma Riera, Vicent Lis..., ni otros de la plaga que ha azotado al País Valencià, son coherentes ni consecuentes con sus acciones. Si alguien decide abandonar y repudia las siglas que lo presentaron, lo “coherente” es no desear hablar y firmar en nombre de esas siglas, ni querer aparecer en la páginas de los ayuntamientos como concejales o portavoces de las mismas, etc. Y eso tiene fácil solución. Tan solo tienen que pasar voluntariamente al grupo de “no adscritos” en los ayuntamientos. No adscritos a ningún partido que se presentó en las pasadas elecciones, cosa que les define. 

El único motivo por el cual se aferran fraudulentamente a nuestras siglas a pesar de repudiarlas, es el de no perder los privilegios, económicos entre otros, que conlleva pertenecer a un grupo, ni siquiera por el plazo que queda hasta los próximos comicios en los que están tan seguros de revalidar. Eso nos demuestra, y nos hace pensar que así ha sido siempre, que lo que les mueve es el “interés”, partidista o personal, y lo anteponen a los “principios” que según dicen mantienen impolutos. 

EUPV pidió en el último pleno del ayuntamiento que, en virtud de la “coherencia política”, término que tanto les gusta utilizar a nuestros tránsfugas locales, abandonaran estos el grupo de EU-Verds, agrupación que les presentó a las elecciones y a la cual ya no pertenecen, y pasaran a formar parte del “grupo de no adscritos” del ayuntamiento.

El resultado fue negativo a nuestra petición, pero NO en contra de nuestros argumentos:

• El PP votó en contra, oído el negativo informe técnico del secretario, cosa que esperábamos, ya que no es un supuesto del pacto antitransfuguismo y la ley de Bases de Régimen Local no permite obligar a nadie a pasar al grupo de “no adscritos”. Pero recalcó en reiteradas ocasiones que políticamente era reprobable su actuación y que su postura estaba con EUPV; los tránsfugas deben dimitir o pasar al grupo de no adscritos.
• El PSOE se abstuvo y el BLOC, cómplice y colaborador de Iniciativa en el golpe de estado a EUPV en les Corts y en la reciente imposición de un reglamento antidemocrático para el grupo Compromís entre otras cosas, sorprendentemente también lo hizo.

A nuestros tránsfugas locales y no locales, junto con sus seguidores, siguiendo su “coherencia política”, les vemos “manipular”, que según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua es “intervenir con medios hábiles y, a veces, arteros, en la política, en el mercado, en la información, etc., con distorsión de la verdad o la justicia, y al servicio de intereses particulares”, cosa a la que ya nos tienen acostumbrados en sus noticias y escritos.

1º.- En el pleno se avaló la legalidad y la jurisprudencia, pero desde luego no la coherencia política demostrada por los miembros de Iniciativa que de hecho todos desaprueban. 

2º.- En la misma dirección, no se les puede aplicar el Pacto antitransfuguismo, pero eso no impide que se les pueda considerar “tránsfugas”; de hecho lo son.

3º.- En cuanto a lo de que siempre han defendido y defenderán la pluralidad política, el consenso, el diálogo y la convergencia de las fuerzas de izquierda, así como el programa electoral, no hay más que ver como se saltaron los acuerdos de Compromís, y actualmente imponen un reglamento por vía de urgencia sin atender las propuestas de Esquerra Unida y volviendo a desvincularse totalmente del programa electoral que firmaron y presentaron ante la ciudadanía, con el solo propósito de silenciar a la tercera fuerza política del País Valencià y arrinconar a los tres diputados que encabezaron sus listas a las autonómicas. 

Podemos hablar con toda rotundidad de un fraude al electorado, el cual ha sido engañado.

Por todo lo anterior, desde aquí podemos llamarles y les llamamos sin ningún temor ni remordimiento, y sin faltar a la verdad, tránsfugas, mentirosos y manipuladores.