El cumpleaños del príncipe Felipe ha vuelto a reabrir el debate de la futura sucesión al trono. Vicenç Navarro, Catedrático de Políticas Públicas, responde a estas cuestiones en una entrevista realizada en paralelo a la publicación del dossier sobre el heredero en el número 2 de La Marea.
¿Qué encaje tiene la monarquía en pleno siglo XXI?

¿Cómo se ha legitimado socialmente? ¿Qué ha hecho que sea aceptada por buena parte de la sociedad?
El establishment español ha movilizado todos sus recursos, desde los mediáticos a los culturales y académicos, para promocionar la Monarquía Española. Es muy difícil para las voces republicanas tener acceso a los medios. La Transición inmodélica de la dictadura a la democracia, que se hizo bajo el enorme dominio de las fuerzas conservadoras que controlaban los aparatos del Estado y la mayoría de los medios de comunicación, promocionó enormemente la figura del Monarca, tergiversando incluso su rol en la Transición. Se transmitió la falsedad histórica de que el Rey había traído la democracia a España.
En la falta de libertad existente en España. La escasísima diversidad en los medios, que discriminan sistemáticamente a voces republicanas, explica este llamado “juancarlismo”. Los medios están promoviendo 24 horas al día a la Monarquía. Es interesante que a pesar de esta dictadura mediática –y no hay otra manera de definirla- hoy ya casi la mitad de la juventud no apoya a la Monarquía.
¿Crees que habrá, en paralelo, algo así como un felipismo? ¿El príncipe gozará de la misma aceptación social/legitimidad cuando herede?
Dependerá de si hay mayor libertad de prensa en España. Si continúa como ahora, el “juancarlismo” será seguido con un “felipismo”. Los controladores de los medios, que son los medios del establishment, consideran que la existencia de la Monarquía es esencial para defender la estructura de poder existente en España.
Aparecido en LA MAREA.
Manda güevos el güevon del bobón. Cuanto más bobón mejor pa los que manejan los hilos.
ResponderEliminarPidamos una reforma de la Constitución y un referéndum para aprobar o no a la monarquía impuesta.